26 ene 2010

enero-marzo 2010

Editorial

2010, MMX, acaba de comenzar. En el calendario Gregoriano es el 2010º año de la Era Común o Anno Domini, el 10º año del 3r milenio y del siglo XXI y el primero de la década. Las Naciones Unidas lo han designado Año Internacional de la Biodiversidad y Año Internacional de la Juventud.

Además es el “Año del tigre”, según el horóscopo chino y se celebran importantes aniversarios como el bicentenario de la Independencia de México y de Colombia y del inicio de los procesos independentistas de Chile y Argentina, el centenario de la Revolución mexicana, el 1.100 aniversario del Reino de León, el centenario del nacimiento de Teresa de Calcuta o el tercer centenario de la Feria de Albacete. Este año tendrá lugar también el Congreso Bautista Mundial en Hawai, que se celebra cada cinco años.

A los cuatro días de su inicio, se ha inaugurado el rascacielos más alto del mundo en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, con 828 metros. Y hace unas horas la tierra ha temblado en Haití. La muerte y la desolación ha venido sobre uno de los países más pobres y miserables. En estos momentos se desconoce la cifra de víctimas mortales pero se prevé que será una de las mayores catástrofes de la historia de América.
No obstante, y como dicen los optimistas, “lo mejor está por venir”. También lo dice la Biblia en el libro de Jeremías 29:11: "Porque yo sé los planes que tengo para vosotros -dice el Señor- planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”. (La Biblia de las Américas)
¿Qué planes tienes para este año? ¿Has pensado en dedicarle más tiempo al Señor? ¿Por qué no intentas descubrir qué planes tiene Él para ti? Quizá puedes poner en marcha de una vez ese don que Dios te ha dado y que estás dejando año tras año. Quizá puedes dedicar unos minutos a reflexionar y decidir que este no va a ser un año más, que va a ser un año especial, en el que tomaste importantes determinaciones en tu vida.
La revista también inicia una nueva etapa, con un nuevo equipo y por el que pedimos vuestras oraciones y colaboración. Eva Delás es la diseñadora y Cristina Cháfer la distribuidora. Dos mujeres muy jóvenes, preparadas e ilusionadas.
Deseo de todo corazón que la lectura de esta revista te ayude a meditar y sea de gran inspiración para tu vida.
Elisa Herreros Monge
Directora

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Las margaritas de mi abuela


Y aunque la rosa se muera de envidia…me quedo con las margaritas de mi Abuela.

Yo también tengo un superabuelo, que ayer entre lágrimas me contaba como el lunes mientras visitaba un vivero con mi abuela, porque a ambos les apasionan las plantas, las flores, agricultores de profesión y devoción, pues eso, que me contaba que mi abuela se quedó prendada de una maceta llena de margaritas, porque éstas eran sus flores preferidas. Mi abuelo le dijo: “Maruca, cógelas, yo te las compro” Pero como buena mujer canaria, madre de familia, ahorradora, sensata ella replicó, “Rafael son muy caras y no están los tiempos para gastar de más”. Y claro está, ella es la que manda, así que no compraron las margaritas.

Al día siguiente, mi madre va a casa de mi abuela con mi sobrina, para que juegue con sus primos que seguro estarán allí y disfrute con ellos y con su bisabuela, porque en vacaciones no hay otro lugar mejor que la casa de tus abuelos, ¿a que si?

Pues llegaba la hora de cenar y Rafael que no aparece… y mi abuela refunfuñando… ¿Dónde se habrá metido este hombre? Las horas que son y que no aparece…
Al rato llega mi abuelo portando en sus brazos la famosa maceta de margaritas, y le dice “Maruca mira, para ti”.
Mi abuela con su particular genio le contesta: “¡fuerte hombre este!! pero mira que le gusta gastar los dineros”, y mi abuelo con una sonrisa le dice: “María en ti yo me gastaría todo mi dinero y más” y mi abuela sonrió y juntos transplantaron las margaritas a un macetero más grande que también compró mi abuelo en previsión de que mi abuela iba a aceptar su regalo.
Esa noche, me contaba mi madre antes de marcharse a casa, que mi abuela estaba contenta, los niños estaban felices jugando, todo estaba bien.

El miércoles por la mañana, tempranito, porque aunque jubilados mis abuelos siempre se levantan temprano, que digo yo que será por eso de la costumbre de tantos años de trabajo y desvelo…son de otra generación, la cual admiro.
Como todas las mañanas, antes de desayunar, ella se sienta en la mesa de la cocina para tomarse la tensión arterial, cosa que hacía todos los días, no sé si porque yo, su nieta la médico le decía que era importante, o porque una vez y te acostumbras, pasa a ser un acto rutinario. El caso es que mi abuelo le pregunta: “¿Mami, te vas a poner las babuchas?” Y ella le contesta: “no ya me puse las playeras”.
Acto seguido mi abuela se desploma hacia un lado, y aunque por un momento mi abuelo pensó que era una broma, desgraciadamente no fue así, él corrió hasta ella y la sujetó en sus brazos para que no se hiciera daño al caer, trató de reanimarla, llamó a emergencias, pidió ayuda, pero y aunque esta llegó, nada se pudo hacer.

Mi abuela se fue, y mi abuelo a pesar de que estaba viviendo la peor de sus pesadillas, tuvo el aplomo de actuar sin dejarse llevar por el miedo del momento, no sé de dónde sacó el valor para reanimarla y llamar a emergencias y pedir ayuda y no derrumbarse al ver que su amor de 57 años se estaba marchando y él nada podía hacer.

Si, mi abuelo es el mejor con diferencia, porque tras una noche horrible de lagrimas y desvelos, fue a casa a cambiarse, (porque aún quedaban horas para el entierro) pero aún con su gran tristeza, su cansancio, su dolor, tuvo tiempo de preparar, un ramillete de margaritas frescas, recién cortadas para dárselas a mi abuela, para que ella descansara con sus flores preferidas.
Y así se fue mi abuela, con sus margaritas.

Margaritas que reflejan el gran amor que sentía mi abuelo por mi abuela, y que me hace ver que a pesar de que llevaran toda una vida juntos, él la amaba como el primer día, y así se lo demostraba.

Qué grande es el amor… para aquellos que creen que con el tiempo éste se agota, sirva mi abuelo como ejemplo de que no.

Por eso y muchas otras cosas que algún día espero poder compartir, hoy proclamo a voz en grito, que sin a lugar a dudas……. mi Abuelo es el mejor.

Así que aunque la rosa, símbolo del amor y la pasión desde hace generaciones, se marchite y se muera de envidia, yo me quedo con las margaritas de mi abuela.


Pili Montesdeoca Hernández
El Fondillo

2 comentarios:

Pilimh dijo...

Hola, soy Pilar Montesdeoca, la persona que escribió esta historia.

Me gustaría explicar que "Las margaritas de mi abuela" comienza con una introducción que explica el motivo por el cual la escribí y desearía que por favor mostrárais el texto completo, porque sin la introducción la historia bien podría parecer una historia de ficción, pero desafortunadamente es una historia tan triste como real.

Mi abuela falleció el 22 de julio de 2009. Ese día mi abuelo entre lágrimas me contó lo que había sucedido el día anterior a su fallecimiento.

El motivo por el que la escribí es para decirle a mi abuelo lo mucho que lo quiero y lo orgullosa que me siento de él por cómo es y por cómo amaba a mi abuela y sobretodo por cómo se lo demastraba cada día.

Mi abuela se marchó con la certeza de que tenía a su lado a un hombre que la amaba y que se preocupaba por ella.
Y mi abuelo se merece mucho más que este pequeño homenaje por ser el maravilloso hombre que es.


Un saludo afectuoso.
Pili

elisahm dijo...

Pili,
no tenemos más texto que el que publicamos. Si quieres que añada algo por favor, envíamelo a mi email.
Gracias
eliherrerosmonge@gmail.com