15 dic 2008

Noviembre-Diciembre

LOTTIE MOON

Programa de Misiones Internacionales 2008

Hace algún tiempo, una mujer relativamente joven me preguntó: “¿Por qué las mujeres promocionáis y hacéis tanto énfasis en las Misiones?”. La verdad es que no tuve problema en contestarle: “¿Has visto nuestro logo?”, “¡Sí!” – fue su respuesta, “pero, ¿por qué hay dos “M”? –“Porque es nuestra razón de ser”, le dije, “MISIONERAS”.

Esto me llevó a pensar, que hay muchas personas (más bien jóvenes) que no saben el porqué de tener una ofrenda especial para Misiones Internacionales el día de Navidad o durante el mes de diciembre.
Por eso, he pensado que este año, en el programa de énfasis en Misiones Internacionales, se podría explicar la historia de una mujer, quién motivó un sentir especial a las misiones. Ella es Lottie Moon

Nació en 1840 en una familia privilegiada de Virginia, Estados Unidos. Fue una de las primeras mujeres que recibieron una maestría en artes.
Un día Lottie escuchó a su pastor predicar un mensaje sobre los “campos blancos para la siega”, /Juan 4:35/. Ella respondió al llamado.

La Junta de Misiones Foráneas (ahora Junta de Misiones Internacionales), la nombró como misionera a la China en 1873. /Tenía 33 años/
En un ambiente primitivo y peligroso, Lottie aprendió a vivir como dice el apóstol San Pablo: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. /Romanos 12:1/

Fue una de las cristianas pioneras en el norte de China. Se estableció en Tungchow, donde sufrió hostilidad, enfermedades, soledad y críticas. La situación allí debilitó la salud física y mental de otros misioneros, pero Lottie permaneció.
Comenzó a establecer escuelas para niñas, una innovación para la cual China no estaba lista. Entonces abandonó su salón de clase para enseñar las sencillas verdades cristianas a las mujeres y a las niñas, una por una, en hogares, en campos, en chozas y en palacios.

En 1885, se trasladó al interior del país, a la región de Pingtu. Lottie estableció su hogar al estilo chino y se ganó el respeto de sus vecinos. Sus métodos personales de evangelismo y enseñanza, guiaron al establecimiento de iglesias fuertes, las cuales dieron frutos.
En sus últimos años, Lottie de nuevo dirigió escuelas primarias en Tungchow. El evangelismo para mujeres y niñas continuó siendo su especialidad. En su hogar fundó la Unión Femenil Misionera del Norte de China.
Lottie Moon sirvió en la China 39 años, desde 1873 hasta 1912. Regresó a los Estados Unidos sólo tres veces.

Durante su época, la Junta de Misiones Foráneas se encontró en deuda. Lottie rugirió que las mujeres tomaran una ofrenda para las misiones foráneas en tiempo de Navidad.
Desde 1888 hasta 2000, la ofrenda de Navidad ha traído más de 500 millones de dólares para la Junta de Misiones Internacionales. Esta ofrenda es la fuente de casi la mitad del presupuesto anual para las misiones internacionales.

Años después de su muerte, a esta ofrenda se le dio el nombre de Ofrenda de Navidad Lottie Moon para Misiones Internacionales.

Lottie Moon murió en la Nochebuena de 1912, un año de hambre, revolución e inflación en China, y un año en que disminuyeron los fondos de la Junta de Misiones Foráneas. La junta cayó en deudas profundas y comenzó a avisar a los misioneros en cuánto a los fondos limitados. Estas noticias entristecieron a Lottie. Vieja, cansada y con el corazón quebrantado por las necesidades del pueblo chino, enfermó gravemente. Sus compañeros la pusieron en un barco que iba a los Estados Unidos, con la esperanza de que el descanso restaurara su salud. Una enfermera misionera estaba a su lado en el barco cuando levantó las manos en un saludo chino y murió.
Las noticias de su muerte cayeron a través de toda la Convención Bautista del Sur como una nube de culpa. Al año siguiente se recogió la ofrenda de Navidad con el firme compromiso de pagar toda la deuda de la Junta de Misiones Foráneas.

La historia de Lottie Moon establece un modelo de servicio. ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos para el reino de Dios, para que todos sepan de la salvación en Cristo Jesús?

Esta mujer murió precisamente en una noche en que la cristiandad celebra el nacimiento de Jesús. Ella se dio en amor y servicio al pueblo chino.
Jesús vino y se dio a todo el mundo “… para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. /Juan 3:16/

¡Qué motivo más especial para celebrar Misiones Internacionales! Recordando, apoyando y orando por nuestros misioneros, que “alzando los ojos, han visto los campos blancos para la siega”. /Juan 4:35/

Pastora, Blandina Ronsano Obradors
Coordinadora de Misiones de la UMMBE