1 ago 2010

julio-septiembre 2010


A veces la vida resulta sonriente, a veces oscura. Cuando todavía resuena la alegría por la hazaña que ha conseguido la selección nacional de futbol, se nos recuerda en los medios de comunicación que ya han pasado seis meses desde el terremoto que asoló Haití. La ayuda internacional no acaba de llegar ni de distribuirse equitativamente. La corrupción y el atasco burocrático han tomado posesión de la sociedad y la gente sigue sufriendo por las terribles consecuencias como el hambre y la falta de techo.
En nuestro pais también hay grandes contrastes. Unos estamos de vacaciones, otros hemos sido afectados por los recortes salariales, otros estamos padeciendo una enfermedad, o simplemente, estamos solos.
No obstante, como suele decirse, Dios no está de vacaciones. Él está al corriente de todas nuestras situaciones. Llora con nosotros y ríe con nosotros. Así es nuestro Dios. No es un ser en las alturas inaccesibles para los mortales. Su estado de ánimo no depende de nuestras acciones, afortunadamente. Él se mantiene fiel a sus promesas, y dijo que no nos dejaría ni nos abandonaría. Ese es el gran mensaje del cristianismo, a diferencia de otras religiones. Se implica tanto con nosotros que ha empeñado hasta su propio hijo. Y no solo es una declaración de intenciones. Su acercamiento ha llegado hasta el extremo de meterse literalmente en nuestra piel, en nuestro cuerpo humano, con nuestras limitaciones y nuestras debilidades.
Ese es el carácter que hemos aprendido de Jesús. En varios artículos de este número leemos experiencias de personas que han sabido transmitirlo en el campo de la enseñanza, como Feliciana Armengol y la familia Gulick, o en la obra social, como Josefina Mata o Irene Carrera.
Y así se hacen más ciertas las reflexiones de Manolo Ordax cuando dice que " El esfuerzo, el trabajo, el llamar a las puertas que se nos presentan y hacer todo lo que esté en nuestra mano es a lo que somos llamados. Pero hay una diferencia notable entre hacerlo pensando que de ello dependemos completamente (y que nuestro futuro descansa sobre la frágil base de nuestro esfuerzo), o hacerlo sabiendo con certeza que Dios actúa según su conocimiento de todas las cosas y su buen plan para nosotros. Él sabe usar nuestro esfuerzo, nuestros dones y nuestra capacidad para bordarlos en el tapiz que está tejiendo en nuestra vida. Nuestro trabajo no es en vano, pero al final el artista es Él."
Disfruta saludablemente de tu tiempo de ocio y de tus vacaciones recordando que Dios está siempre ahí, pendiente de ti, conectado contigo a toda hora, aunque tú no estés haciendo nada.
Elisa Herreros
Directora
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MÁS QUE HUELLA: AMOR


Existen personas que, aunque nos despidamos de ellas, no se van del todo, pues su “huella” queda en nuestro corazón. Este es el caso de “la señora Santacana”, como así se la conocía. Había nacido el 9 de abril de 1923, por lo tanto, nos ha dejado a la edad de 87 años.
Tuve el privilegio de conocerla hace muchos años, así como a su esposo, hijos y mucha familia. Siempre la vi en el Hogar de Ancianos de Vilafranca del Penedés, aunque me consta que sirvió en muchas otras áreas, como pueden ser los Campamentos organizados en Font-Rubí, inolvidables para muchos niños…Es muy difícil resumir en poco espacio la gran labor que esta mujer desempeñó junto a su esposo, el Pastor D. Benjamín Santacana durante más de 40 años como Directora del Hogar, siempre apoyados por su familia.


Junta Nacional año 1960

El 8 de mayo de 1955 se inauguró dicho Hogar, (yo no estuve, todavía era pequeña), un proyecto con visión anterior por las Sociedades Femeniles de Catalunya y también Nacional, ya que en el año 1953, la ofrenda para Misiones Domésticas (así se denominaba entonces Misiones Nacionales), fue dedicada para el futuro Hogar. Esta ofrenda fue promocionada por la Revista “Nuestra Labor”, de los meses febrero-marzo del mismo año, basada en el tema de la “Ancianidad”. El importe ascendió a 3.612 pesetas, la cifra más alta recaudada hasta entonces.

Nuestra hermana Josefina, se convirtió también en la “promotora” del Hogar, pues viajaba donde la invitaban para darlo a conocer. Todo fue posible con:
• Donativos particulares.
• Ofrendas especiales de las Sociedades Femeniles.
• “Día del kilo” (se recogía en diferentes Iglesias un kilo de algo y luego algunas hermanas se desplazaban para llevarlo al Hogar).
• Donaciones de sábanas, colchones, toallas, etc.
• Campañas especiales en Navidad en conjunto con las Iglesias.
• Otros medios, siempre apoyados por las mujeres.

El Hogar, poco a poco se fue llenando de solicitudes. Por ello se agrandó y también se contrató personal para poder atender a los internos, pues Dª Josefina ya no podía dar más horas de las 24 que tiene el día.



En el año 1973 se creó una Comisión y también un Patronato. Con los años (jamás lo imaginé) pasé a ser miembro de la Comisión y más tarde, dado mí cargo de Presidenta Nacional de la UMMBE, fui miembro del Patronato. Todo ello me llevó a conocer más a la hermana Josefina y el Hogar.

Recuerdo el “boom” del año 1968 en que entró en el Hogar por primera vez ¡una lavadora! Justamente cuándo hacía pocos meses que mí padre me había regalado mí primera lavadora. La hermana Josefina no se lo podía creer, incluso decía que “era un lujo”. Sí, sí… para mí, también lo era la mía.

En las reuniones de la Junta Nacional, no faltaba su informe detallado. Se celebraban en la Iglesia de General Lacy de Madrid y nuestro “viaje de Junta”, consistía en viajar en tren toda la noche del viernes, todo el sábado reunión y esa noche, de nuevo en tren regresando a nuestras respectivas ciudades, ya que el domingo “cumplíamos” con el Día
del Señor en nuestras Iglesias.

Muchas veces, Josefina llegaba al Hogar y se encontraba a alguna “abuelita” (como ella las llamaba) enferma; la atendía y llevaba al médico. ¡Jamás se quejó de esto!

Durante muchos años, el comedor de su casa fue “nuestra sala de reunión”. No olvido “el café Malta” y algunas pastas “Marías”, que ella con cariño nos ofrecía. Ni tampoco puedo olvidar a tantas personas que acudían a las reuniones; algunas tenían que viajar toda la noche en tren… Era un gozo trabajar con ellas (algunas ya están con el Señor)

El Hogar de Ancianos fue denominado como “La casa que edificó el Amor”. La verdad es que todo era hecho con amor. Tampoco puedo (ni quiero) olvidar a su esposo D. Benjamín Santacana. Me gustaba llegar algo antes de las reuniones, así podía estar en el devocional matinal que él impartía diariamente a los internos. En alguna ocasión nos pedía que lo diéramos alguno de nosotros. Dª Josefina era la encargada del “¡Chisss!”, ante el revuelo de todos por saludarnos. ¡Qué simpáticos momentos!

¿El momento más difícil? Ver tantas solicitudes encima de la mesa y carecer de espacio en el Hogar para atenderlas. Nuestro rostro delataba esa impotencia, al tiempo que escuchábamos: “¿no se podría hacer algo?” Ya imagináis de quién era la voz…

Hoy se tienen pensiones, pero en aquellos años, muy pocos cobraban algo y sus recursos eran escasos. No obstante, “La casa que edificó el Amor”, siguió funcionando siempre. Al admitir otro anciano, se priorizaba su necesidad, antes que lo que podía aportar, ¡de eso, doy fe!

Quiero resaltar también, que allí estuvo unos años, hasta el final de su vida, nuestra primera Presidenta Nacional, Dª Elvira Peradejordi, conocida como “la señora Vallmitjana”, (apellido de su esposo). Fue elegida Presidenta en marzo de 1948 en Barcelona. Era otra visita “obligada” al ir al Hogar. Con unos ojos vivos, menuda, cordial… siempre agradeciendo los cuidados de D. Benjamín y Dª Josefina.

¡Sí! Llegaba la noche, habíamos terminado una reunión, nos despedíamos y regresábamos a nuestros hogares; pero… ahí quedaban en “su hogar”, Josefina y Benjamín. En muchas ocasiones, al volante de mí coche, sola con mis recuerdos, pensaba: “¿Qué noche les espera?” Luego, se nos comunicaba que tras una noche larga, un ancianito “se había ido con el Señor, de la mano de Josefina y Benjamín”.

Pasaron los años y también llegó el día del descanso merecido para Dª Josefina Mata. Pude trabajar con la nueva Directora, Yolanda Santolaria, persona joven y dinámica. Nadie podía imaginarse el cambio con tanta cordialidad y respeto mútuo. Los señores Santacana, seguían viviendo en su piso dentro del Hogar. Ellos, en su día habían dado todo el edificio para el Hogar.
Luego, conocí al siguiente Director, Santi Sánchez, quién organizó en el año 2005 el 50º aniversario del Hogar, un acto entrañable al que también asistieron las autoridades locales. Pude hablar con el Alcalde, quién puso muy alto a los señores Santacana-Mata. En la actualidad, Armando Soto tiene la dirección del Hogar, con un buen trabajo y testimonio; también ofreciéndose para dar información.

Si hablamos de Josefina, hablamos de Benjamín y viceversa. Siempre trabajando juntos y también llorando juntos. Tuvieron que pasar por el dolor de perder a su hijo David (fue importante su colaboración en el Hogar, pude trabajar con él). Ante esta triste noticia “volé” a Vilafranca, quería darles un abrazo y si hacía falta, llorar juntos. Fue una tarde difícil…

Pasó un poco de tiempo y la UMMBE celebramos nuestro 60 Aniversario en Guadarrama, fecha en que se reconoció el trabajo de varias mujeres, entre ellas, Dª Josefina, quién por su salud no pudo asistir. Como Presidenta Regional recogí la placa en su nombre y también “volé” a su hogar para entregársela en nombre de todas las mujeres de la UMMBE. ¿Sus palabras? “Esto es un grande honor, creo que no lo merezco”. ¡Hasta D. Benjamín quiso sacarnos una foto y la hizo genial!



No me ha faltado nunca su felicitación de Navidad, con esa letra peculiar y bien ordenada, excepto el año pasado, que nos felicitamos por teléfono.

A los pocos días, el 4 de enero de 2010, D. Benjamín “se iba con el Señor” Pasados cinco meses, el 11 de junio, nos dejaba Dª Josefina, ¡juntos otra vez! En ambos casos y sintiéndolo mucho, no pude “volar” a Vilafranca, dado que estaba de viaje. Es una “espinita” que me ha quedado…

El reconocimiento de la UMMBE a nivel Nacional y Regional, fue mediante un hermoso centro de flores el día de su entierro, ¿qué menos merecía nuestra hermana? Cada flor podía representar una vida de cada ancianito que había sido cuidado con delicadez en la “Casa que edificó el Amor”.



Esta pequeña y resumida historia de esta gran mujer, queda en nosotros con las palabras bíblicas: “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. /Apocalipsis 14:13/

El acuerdo unánime de la Junta Directiva de la UEBE y como homenaje a esta mujer que dio su fuerza y amor, fue que el Hogar de Vilafranca, pase a llamarse “Llar d´Avis Josefina Mata”.

Estoy terminando esta historia y pienso… ¡prácticamente, casi todo esto lo he vivido yo! ¡Qué mayor soy! Pero…me alegro de ser mayor, pues he conocido a muchas personas que en mí vida han dejado más que huella… han dejado amor.

¿Qué más? … Seguro que hay mucho más y personas que la han conocido mucho más que yo, así como su querida familia que siempre han estado a su lado. ¡Gracias!
¿Sabéis lo que Dª Josefina diría? ¡La gloria para el Señor!

Blandina Ronsano Obradors

abril-junio 2010


El empresario Carlos Slim ha desplazado a William Buffet y a Bill Gates de los primeros puestos y se ha convertido en 2010 en el hombre más rico del mundo. La fortuna de este ingeniero mexicano asciende a 53 mil millones y medio de dólares. A sus 70 años, viudo y con siete hijos, controla un imperio en el sector de las telecomunicaciones en Latinoamérica. Se le conoce como un rico “a la antigua usanza”, campechano, familiar, filántropo y que detesta la ostentación del lujo. Lo que realmente le llena de orgullo es que el mayor de sus hijos haya donado un riñón para salvar la vida del más pequeño. En una reciente entrevista a un rotativo español, declaró “yo no me voy a llevar nada a la tumba…”
Todos sabemos que esto es cierto y que aunque metamos todos nuestros tesoros en la caja, como hacían los antiguos egipcios, allí se quedarán a la mano de los ladrones y expuestos al efecto de la polilla y del orín. La Biblia nos enseña que hemos de diferenciar entre las cosas que tienen valor (joyas, ropas caras, obras de arte, etc.) y las cosas que tienen valor eterno (amistad, amor, fe, etc.). Nuestras posesiones valiosas, si es que las tenemos, tienen su valor, pero efímero, pues cualquiera las puede robar o se pueden estropear. Los valores eternos van más allá de la vida, están alojados en el cielo, donde nadie los puede robar ni estropear.
En este segundo número del año hacemos un especial énfasis en varios de esos valores eternos: el respeto de una nuera a su suegra, el amor hacia las madres en su día especial, valores que también subyacen en los artículos dedicados al maltrato a las mujeres y al tráfico de seres humanos. (En abril ya son 22 las víctimas por violencia de género en nuestro país). Amor es lo que nos ha movilizado para ayudar a Haití.
Ese es el lugar donde ha de estar nuestro corazón, nuestro tesoro. Esa debe ser nuestra máxima preocupación, dejar una herencia digna de los hijos de Dios, como dice Blandina Ronsano al finalizar su entrevista para una revista secular, “cuando yo muera me gustaría dejar este mundo mejor que lo encontré”, o como reza el lema escogido por la Fundación Ábside, “sólo queremos cambiar el mundo”.
¿Cómo puedes tú aportar tu granito de arena a esta difícil tarea? Suscribamos todas las buenas prácticas e iniciativas que la sociedad nos plantea en los últimos tiempos, tales como la ecología, la sostenibilidad, la eficiencia energética, el comercio justo, la solidaridad ante los desastres naturales, la lucha anti-tráfico de personas, etc, que dicho en “lenguaje evangélico” se podría traducir en respeto a la creación, amor al prójimo ante la explotación comercial o sexual, misericordia, justicia, bondad.
En definitiva, joyas para nuestro tesoro celestial.
Que Dios te guarde en estos tiempos difíciles y te ayude a meditar en lo que realmente importa.
Elisa Herreros Monge
Directora